Ya han pasado casi 8 años desde aquella tarde en la que nuestros caminos se cruzaron, aquella tarde en la que me preparaste la primera merienda, nuestro primer paseo, nuestras primeras risas y miradas....A partir de ahí, siguieron muchas primeras veces, nuestros primeros viajes, películas, encuentros familiares....nuestros primeros abrazos y te quieros. Éstos llegaron un poquito más tarde, porque todo lo bueno y que sale del alma se hace esperar, pero también se disfruta y valora más, porque es una batalla ganada al dolor, a la rabia, a la desconfianza, al miedo, por ello, esos abrazos sabían a GLORIA.
También llegaron primeros desencuentros y enfados, pero teníamos una gran arma para vencerlos, el AMOR.
En todo camino, hay cruces, decisiones que debemos tomar, opciones entre las que elegir, y cada uno debe optar por la que considere mejor en ese momento. Eso es el AMOR INCONDICIONAL, dejar al otro su espacio para aprender y libertad para decidir. Puede que en ocasiones, cuándo llegamos a ese cruce en el camino, cada uno elija un camino distinto, para seguir dando, para seguir creciendo, para seguir avanzando...pero siempre nos quedará ese camino recorrido, esos deseos pedidos a esas estrellas fugaces que nos encontramos alguna noche, esas imágenes y recuerdos que se quedan grabadas en el alma para siempre.
Han sido 8 años vividos con pasión, los mejores de mi vida. Pero ahora es momento de enfrentarse a otras batallas, esas batallas personales a las que tarde o temprano tenemos que enfrentarnos, batallas en las que habrá que luchar con todas nuestras fuerzas, nuestra ilusión. Y es una batalla en la que hay que luchar en soledad, buscar nuestros propios apoyos y herramientas, sólo así podremos enfrentarnos a la vida, tan maravillosa a veces, tan dura en otras.
Que este nuevo camino nos siga haciendo crecer, aprovechar las nuevas oportunidades que se nos presentarán para ser felices y a hacer felices a los demás. Todo lo vivido y sentido a lo largo de nuestra vida, nos ayudará a ello.
Un abrazo grande
Te quiero